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El año 2018 fue particularmente interesante para el campo de la investigación científica. Aunque desde hace algunos años el movimiento de acceso abierto ha ganado protagonismo como uno de los puntos centrales de la transmisión de conocimiento, en el último tiempo han surgido nuevas iniciativas que se proponen contribuir a que la investigación especializada tenga un impacto efectivo en la sociedad.

Una de estas iniciativas es Ameli, Conocimiento Abierto para América Latina y el Sur Global (AmeliCA), que propone una nueva configuración de estrategias para difundir el conocimiento por medio de una vía de acceso abierto colaborativa, sostenible, protegida y no comercial para América Latina y el Sur Global. Sus áreas de trabajo incluyen las publicaciones científicas en OJS, las prácticas de ciencia abierta y datos abiertos, la elaboración de métricas responsables, un portal y repositorio de revistas y libros, y un observatorio de evaluación de publicaciones científicas.

Con la intención de contribuir a la integración en torno al diálogo de la comunicación científica en América Latina, AmeliCA fue puesta en marcha por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura; el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales; la Red de Revistas Científicas de América Latina y el Caribe, España y Portugal; la Universidad Autónoma del Estado de México; la Universidad de Antioquia, y la Universidad Nacional de La Plata.

Si bien AmeliCA se plantea como una solución completa de conocimiento abierto con atención a los conceptos de propiedad intelectual, ciencia abierta, profesionalización editorial, métricas responsables e investigación y desarrollo tecnológico, consideran el acceso a los contenidos como un elemento fundamental. En función de esto, promueven libros y revistas del Sur Global con miras a la consolidación del acceso abierto.

Por otra parte, dentro de sus propósitos no solo se encuentra la idea de fortalecer el trabajo editorial científico en todo el Sur Global, específicamente en el campo de las ciencias sociales y las humanidades, sino también dar un respaldo a las publicaciones científicas que contribuyan al beneficio de la sociedad y, por supuesto, al desarrollo de la ciencia.

Transformaciones, principios y valores

Sin duda, el avance del acceso abierto en la comunicación científica ha generado nuevos cuestionamientos. Algunos de ellos tienen relación con la manera en que accedemos al material facilitado por el acceso abierto y otros tienen que ver con las formas en que afrontamos los desafíos de apertura para lograr la democratización del conocimiento.

En su descripción, AmeliCA declara que «es necesario reconstruir los espacios de visibilidad, que se han convertido en espacios de legitimación y exclusión, para formar un proyecto de comunicación del pensamiento crítico que pueda responder con alternativas a la difusión, construcción de redes, ejercicio del análisis, formación y tecnología para el proceso de publicación científica». En concordancia con esto, considera necesario un espacio de diálogo que se rija bajo los siguientes principios y valores:

  1. El conocimiento científico, especialmente el generado con fondos públicos, es un bien común y el acceso a él es un derecho universal.
  2. El acceso abierto debe protegerse legalmente para evitar la apropiación del conocimiento científico para el lucro.
  3. El acceso abierto no tiene ningún futuro ni sentido sin una evolución en los sistemas de evaluación a la investigación.
  4. La consolidación del acceso abierto debe considerar la transición a la comunicación científica digital como un eje esencial.
  5. La inversión económica en el acceso abierto debe ser coherente con su beneficio a la sociedad.
  6. Los escenarios económicos adversos a los que se enfrenta el acceso abierto deben ser superados con esquemas de trabajo basados en colaboración y sostenibilidad, favoreciendo que la publicación científica siga sostenida y liderada por la academia.
  7. Es necesario reconocer la diversidad de las revistas científicas y detener las presiones que buscan homogeneizarlas. Además, las revistas deben apoyar el fortalecimiento de los repositorios institucionales mediante la desaparición de políticas de embargo y cesión de derechos.
  8. El impacto social de la ciencia es la base de la existencia del acceso abierto.
  9. Es necesario respetar las diferentes dinámicas de generación y circulación de conocimiento por área, especialmente las dinámicas de las ciencias sociales y las humanidades.
  10. El acceso abierto debe ser permanentemente conceptualizado y definido de manera pertinente. Se debe tener en cuenta que las condiciones del sur son diferentes a las del norte.

Plan S y AmeliCA: Tensiones en un mismo camino

Plan S es una iniciativa que, al igual que AmeliCA, nació en 2018, con algunos meses de diferencia, la primera en Europa y la segunda en América Latina. Lo cierto es que ambas buscan impulsar el acceso abierto completo en la divulgación del conocimiento científico en oposición al modelo de suscripciones de pago que predomina en la actualidad.

Estas propuestas tienen mecanismos y visiones diferentes, lo que encuentra su fundamento en orígenes geográficamente lejanos, ya que basan sus planteamientos en estructuras comerciales disímiles para difundir la ciencia. Por ejemplo, en América Latina se mantiene una estructura no comercial de larga data, en que la publicación científica pertenece a la institución académica y también es costeada por ella, en constraste con lo que ocurre en otras regiones, donde ese costo lo absorben grandes grupos editoriales. Luego, las instituciones ponen a disposición el contenido de esas revistas en acceso abierto y, de esta forma, se configura una especie de cooperativa informal que nunca ha sido explícitamente unificada.

Los diez principios de AmeliCA encuentran su contraparte en los diez principios del Plan S, que mencionamos en un artículo anterior. No obstante, lo central es que los planteamientos de AmeliCA miran hacia el fortalecimiento de los equipos editoriales al interior de las propias instituciones académicas con el objetivo de proveer tecnología y conocimiento, lo que garantizaría los bajos costos en los procesos de edición, la profesionalización de los equipos y la transferencia de conocimiento. La implementación de esta idea se centraría en la construcción de infraestructuras desde y para la misma academia.

El Plan S, por otro lado, se centra en la regulación de acuerdos comerciales. Esto lo convierte para muchos en una iniciativa excesivamente regulatoria e indicativa, que ofrece pocas acciones concretas para encontrar soluciones a los problemas que afectan al campo de la publicación científica en la actualidad. Un ejemplo de esto es que el Plan S invita a los editores a desarrollar nuevos modelos de publicación que cumplan con sus principios, pero no aboga por ningún modelo de acceso abierto existente; solo reconoce que varios de los modelos actuales no son compatibles, en especial los que ponen barreras de pago para el acceso al conocimiento.

Por otra parte, ambas iniciativas son capaces de reconocer las problemáticas asociadas a los sistemas de evaluación de la investigación que entregan incentivos de manera incorrecta basados en indicadores, como es el caso del factor de impacto. Sin embargo, al ser el Plan S una iniciativa más reguladora que innovadora, es AmeliCA la que ha organizado un grupo de trabajo compuesto por expertos de diferentes áreas y diversos países con el objetivo de generar métricas más pertinentes y justas, tanto para la comunidad científica como para los lectores. 

En relación con lo anterior, una de las cuestiones que caracteriza a AmeliCA es que adhiere a los principios de Declaración de San Francisco sobre la Evaluación de la Investigación (DORA), por lo que exige que todas las revistas que participan de su portal firmen también esta declaración, que tiene como principios fundamentales el promover un sistema de medición de la investigación científica que no se base en el factor de impacto. Además, afirma que se necesitan otros medios de evaluación de la investigación y de los investigadores, y pone énfasis en la calidad de la investigación y no en el lugar donde se publica. Sin ir más lejos, en su sitio web, AmeliCA señala que «el factor de impacto y el índice H deben ser superados como indicadores de calidad y desempeño, ofreciendo nuevos datos para la generación de métricas diversas, transparentes y específicas para cada campo disciplinar».

A partir de estas diferencias, AmeliCA advierte que es importante considerar que la ciencia es una institución global y que, en virtud de esto, las decisiones y acciones que se toman en algún punto del sistema alteran y tienen consecuencias en otras áreas. No vacilan en levantar una bandera en beneficio de una participación más igualitaria, en la que tengan cabida todas las naciones en el discurso científico, con plena conciencia de la diversidad y las diferentes agendas locales para reducir las brechas en el campo de la publicación científica.

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