Una de las metas más importantes de investigadores y autores es que su trabajo tenga un impacto real no solo dentro de la comunidad científica especializada, sino que también pueda ampliar su influencia a la sociedad en general, que sirva como un punto de partida para nuevas conversaciones y, por supuesto, ayude a visibilizar al autor y contribuya a su reputación académica.
Sin embargo, los índices de medición tradicionales como el factor de impacto (actualmente propiedad de Thomson Reuters) o el índice h solo miden las citaciones en revistas académicas y otros espacios limitados, lo que deja fuera la totalidad de la vida útil que a veces los artículos alcanzan en la sociedad.
Más allá de las citas
Como respuesta a las demandas por más información y transparencia en este ámbito, desde la década de 2010 han ido naciendo alternativas a la de medición usual del trabajo científico. Este cúmulo de nuevos indicadores alternativos, conocidos como altmetrics o métricas alternativas, abren su espectro de seguimiento más allá de las citaciones en revistas académicas, pues permiten contabilizar factores como las visualizaciones en línea y descargas de los artículos, los comentarios en blogs científicos, las apariciones en prensa, las menciones en Wikipedia, reacciones en Twitter, Facebook y otras redes sociales, las recomendaciones de sitios influyentes, las discusiones parlamentarias y mucho más. Por cierto, su uso no solo se limita a artículos tradicionales, ya que también pueden ser utilizadas para seguimiento de videos, libros, audio, sitios web, personas, instituciones y más, lo que abre la posibilidad a diferentes formas de difundir el conocimiento.
Este nuevo mar de información aprovecha la tecnología y tendencias en manejo de big data para recabar y organizar las interacciones en línea de forma más sofisticada. De hecho, algunas empresas que manejan estos datos ofrecen libremente interfaces de programación de aplicaciones (API) para que cualquiera pueda manipular y crear nuevas herramientas a partir de la información que recaban. Esto permite no solo estudiar la evolución en el trabajo de un autor, sino también analizar tendencias a nivel global, realizar predicciones útiles y por supuesto generar nuevos estudios a partir de sus hallazgos.
Admiradas y criticadas
Debido a su creciente importancia, muchas organizaciones y empresas de medición han prestado atención a estos parámetros, como es el caso de Wiley, Taylor & Francis, Web of Science, Public Library of Science, el Instituto Smithsoniano, multitud de universidades y otros centros de estudio. También han surgido varios servicios que ofrecen la compilación y manejo de estos datos para todos los interesados en aplicarlas. Cabe destacar, como muestra del interés generado, que muchas de estas marcas fueron rápidamente adquiridas por grandes actores del mundo de las publicaciones: Plum Analytics, la con más crecimiento desde su aparición, fue adquirida por Elsevier a principios de 2017, mientras que su competidora Altmetric.com pertenece a Holtzbrinck, editores de revistas como Nature. Pero también existen iniciativas abiertas y sin fines de lucro, comoImpactStory, creada por la Fundación Alfred P. Sloan y la Fundación Nacional para la Ciencia de Estados Unidos.
Como ninguna solución es perfecta, las métricas alternativas tampoco han estado exentas de críticas y controversias: al igual que los indicadores tradiciones, estos también son susceptibles a manipulaciones indebidas a través de la autocita, el abuso de su funcionamiento y las citaciones infladas. Algunos críticos señalan que parámetros más sociales, como los «Me gusta» en Facebook o los reuiteos de Twitter, pueden ser fáciles de manipular o incluso comprar, y que las apariciones en prensa no necesariamente reflejan la calidad de las investigaciones publicadas, sino su capacidad para ofrecer titulares atractivos. Por lo demás, las métricas alternativas se unen a la muy criticada tendencia por cuantificar el trabajo en universidades y otras instituciones, pues solo serían nuevos insumos para los infames rankings de académicos e investigadores.
El futuro de la medición
Con sus falencias y ventajas, el mundo de las métricas alternativas seguirá evolucionando. Nuevos indicadores planean empezar a medir la citación de ilustraciones y otros elementos gráficos, la influencia en la creación de patentes o la citación en conferencias. También se pronostica la creación de herramientas cada vez más especializadas según las necesidades de las distintas disciplinas, como el análisis de libros y capítulos en las humanidades o la presencia en pruebas clínicas para la medicina.
Por todo esto y más, las métricas alternativas significarán nuevas oportunidades y desafíos para los investigadores en las próximas décadas, y convivirán con las ya establecidas métricas tradicionales.
Imagen: CulturIntel: Award Wining Big Data Mining, licencia Creative Commons Atribución 3.0 Unported.
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